Cuando por fin está todo arreglado con él, después de 7 meses más o menos, todo está peor. Es una situación que sobrepasa mis límites. Es dolor acumulado. Pena, tristeza, lágrimas que vas derramando des de aquel día. Perder el apetito cada día más, horas y horas sin poder dormir, recuerdos que jamás he querido olvidar, pero no recordar.
Aclaraciones que quise oír durante mucho tiempo y situaciones y palabras que jamás imaginé.
Son momentos que te dicen cinco palabras:’ Dale tiempo a la situación’. Os diré una cosa, el tiempo no ha ido a mi favor. Se fue por otro camino, y me quedé sola, ante el peligro y la oscuridad. Este, solo me trajo dolor y la sensación de quererle cada día más. Así fue.
Sinceramente, me siento estúpida, egoísta e idiota, una auténtica idiota. Sé que no todo fue su culpa, yo también la tuve y me arrepiento. Diós solo sabe cuantos momentos he pensado en retroceder y no hacer la estúpida como hice, haberme dejado llevar y que el momento decidiera lo que tenia que haber ocurrido. Solo Diós sabe la sensación de culpabilidad que me ha acompañado durante este tiempo, el miedo que tuve y que sigo teniendo.
Solo han pasado 3 días, des deque todo se estabilizó y todo está mal. Él está mal y ese es el último de mis deseos.
Nadie puede ponerse en mi situación y ver como me siento, la culpabilidad de que todo esto esté ocurriendo. Nadie.
De momento, no quiero fastidiar más las cosas. Ella, ha deseado esto más que nunca y le necesita a su lado. Lo único que me importa es ver a ellas sonriendo y a él feliz. Lo demás, es decir, mi situación no importa mientras ellos estén bien.
Pero lo que no puedo hacer, es forzar una sonrisa donde no la hay.
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