domingo, 24 de julio de 2011
Tú
Una sonrisa. Un beso. Un abrazo. Una caricia. Un te quiero. Un yo más. Otro beso. Y otro. Y otro más. Un corazón, tal vez dos, sincronizados. Latiendo el uno por el otro. Queriéndose como nunca habrían pensado que lo iban a hacer. Otro beso. Otro te quiero. Otra caricia. Una sensación, felicidad. Felicidad por querer, por sentirse querido. Otro beso. Dos personas. Una promesa. Un para siempre. Otro beso. Otro más. Y otr... no. No hay más besos, por lo menos como los de antes. Un te quiero no tan sincero como los anteriores. Una caricia, no tan dulce. Un abrazo, sin amor. Un sentimiento, no tan bonito. Una discusión. Un enfado. Una mala contestación. Un te quiero falso, a veces sustituido por un hasta luego. Un rato, tal vez un día sin hablar. Varias lágrimas. Alguna desilusión. Un lo siento. Una reconciliación. Y otra sonrisa. Y otro beso, esta vez no con amor; si no con deseo. Y otro abrazo. Y otra caricia. Y otro te quiero. Así, sucesivamente. Día tras día. Tal vez semana tras semana. Abrazos, caricias, besos, tequieros, enfados y reconciliaciones. Siempre igual. Nada se salía de los esquemas. Simplicidad. Monotonía tal vez. Dudas. Te quieros. Dudas y te quieros. Un tú. Un yo. Un tu y yo. Un tú sin mi. Un yo sin ti. Puede ser que un yo contigo. O un tú conmigo. Sí, exacto. Eso mismo. Desaparecen las dudas. Vuelven los abrazos, las caricias, los te quiero, los besos, y sobretodo la felicidad. Tan fácil de nombrarla y tan difícil de sentirla. Por darte cuenta de que lo eres. Más besos. Más abrazos. Más caricias. Un te quiero convertido en un te amo. Un para siempre, en un siempre sí, pero siempre mía. Amor convertido en posesión, en control. Amor, que con el tiempo ya no es amor. Costumbre, propiedad, deseo. Pero mientras tanto más besos. Más caricias. Más abrazos. Y muchas más discusiones. Más reconciliaciones también. Pero no iguales. Certeza de saber que no es la última. Despreocupación al sentir que ya tienes a alguien asegurado. Al sentir que es tuyo. Más enfados. Acompañados de menos libertas. De más límites. De infinidad de responsabilidades. Continuos enfados. Continuas reconciliaciones. Saber que lo estas haciendo mal. Darte cuenta de que quieres a la otra persona. Dudar de si ella ati también. O por lo menos de esa misma manera. Felicidad reemplazada por duda. Un corazón dividido en dos. Dos caminos, listos para ser recorridos individualmente. Cada uno por el suyo. Dudas. Más dudas. Mas y más dudas. Contrarrestadas por los besos. Caricias agotadas. Abrazos que parece que nunca van a darse. Besos que ya no saben igual, que ya no están dados con amor. Más responsabilidades. Muchos más enfados. Acompañados de llantos. Acompañados a su vez de otras muchas cosas. Pararte a pensar. Recordar lo anterior. Todos los buenos momentos. Los te quiero. Los yo más. Los te necesito. Los besos, aquellos sí, con amor. Y sobretodo la felicidad. El bienestar permanente. El tener asegurado un apoyo. Alguien en quien confiar. Alguien que no te falle nunca. Una ruptura. Más lágrimas. Otro perdón. Otra reconciliación. Darte cuenta de que estas enamorado. Más besos, más caricias. Más abrazos. Como los de antes. O al menos eso me gusta creer. Otra vez querer y sentirse querido. Tonterías. Celos. Discusiones. Una y otra vez. Ahora sin reconciliaciones, al menos como las de antes. Sentir que te cansas. Sentir a la vez que le quieres. No saber que hacer. Dudas. Más dudas. Muchísimas dudas. Arriesgar. Romper la promesa. Romper el para siempre. Llorar. Dejar atras los besos. Quedarte sin tu otra parte. Sin tu otro tú. Quedarte sin felicidad. Llorar. Arrepentimiento. Tal vez impotencia. Impotencia por querer lo que no se puede querer. Querer lo imperfecto. Querer lo que todo el mundo desearía. Querer lo que no se puede querer. Querer lo que es imposible no querer. Querer a lo más importante. Quererte a ti. A nada más. Sentir que nadie te comprende. Creer que nadie esta enamorado. Intentar vivir la vida a tu manera. Darte cuenta de que solo no merece la pena. De que mal acompañado tampoco. Darme cuenta de que sin ti nunca nada será lo mismo.
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