sábado, 17 de diciembre de 2011

- Le necesitas.


Tener las ganas de decirle que "le quieres" y no poder. Simplemente por sentir que está prohibido, que eso debe cambiar. Y refugiarlo todo bajo un "te odio" que sabes que no lo sientes en realidad, pero con el que te sientes protegida. Tener ganas de olvidarse del mundo y que solo exista él, que no quieres nada más, pero claro, prefieres esconderte tras un "él no pinta nada en mi vida", que sabes que eso nunca será verdad. Tener ganas de abrazarle cada vez segundo que pasa, cada momento que estáis juntos, los que no cambiarías por nada, y sabes que es así aunque digas "no me importas".
Porque sinceramente lo que quieres es mandarlo todo a la mierda y quedarte a solas con él, disfrutando que cada tontería que hacéis, y quieres que nunca se acabe ese momento aunque digas " eso nunca pasará".

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