Dejar de ser quien eres para empezar a ser quien quieren que seas. Permanecer todo el día con una sonrisa en la boca y romper a llorar por las noches, con la única compañía de tu almohada. Reír sin ganas, llorar sin llegar a desahogarte. Navegar continuamente entre las aguas de la realidad y la apariencia. Vivir fingiendo, por no tener a nadie con quien ser real...
Comportarte así es el mayor error que puedes cometer. Recuerda, sólo tenemos una vida, es una estupidez malgastarla con algo así. Ríe cuando quieras reir, llora cuando necesites hacerlo, sé amable cuando te salga de dentro y sé borde cuando te apetezca. Haz lo que quieras sin pensar en lo que dirán de ti. Porque vivir pendiente de la imagen que estamos dando no se acerca lo más mínimo a vivir.
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