A veces hay que saber cuando el permanecer con tu orgullo te afecta o te beneficia. A veces, hay que hacer realmente lo que te dicte el corazón, aunque eso nos convierta en personas más vulnerables a la vista del resto. A veces hay que dejar pasar el tiempo, y que con él se vayan todos los sentimientos de odio y rencor y volver a ser la persona que eras, esa que no alberga ningún tipo de mal sentimiento hacia alguien. Y vivir, seguir viviendo a pesar de todo.
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